Ayer celebramos el cumpleaños de Adrián porque no pudo ser en su día. Estaba malito. Así que, sacamos la corona y le cantamos a más y mejor todo nuestro repertorio cumpleañero. Nos ha contagiado su alegría y hemos podido plasmarlo a través de las fotos, en las actividades de clase en que ha sido el prota absoluto. Ya sabéis: tachando el día del mes, en pleno apogeo de los cánticos subido a una silla, trabajando; haciendo cosquillitas a la hora del descanso, en el patio, incluso con el grupito de alternativa a la religión. ¡Muchas felicidades, Adrián!
